Publicado originalmente Por el Dr. Joseph Mercola el 22 de Octubre de 2010
Dr. Mercola
Sin duda alguna usted habrá notado que en los últimos 60 años la mayoría de los funcionarios de salud y medios de comunicación han estado diciendo que las grasas saturadas son malas para la salud y que le traerán una serie de consecuencias negativas, como colesterol elevado, obesidad, enfermedades del corazón y Alzheimer.
Mientras tanto, durante estos mismos 60 años los niveles de enfermedades del corazón, obesidad, colesterol y Alzheimer se han disparado en los Estados Unidos en comparación con nuestros antepasados, e incluso comparado con las sociedades primitivas de hoy en día que utilizan grasas saturadas como un alimento básico.
¿Sabía usted que múltiples estudios realizados en las poblaciones de las islas del Pacifico, quienes obtienen del 30 al 60% de su ingesta calórica total del aceite de coco saturado, demuestran índices insignificantes de enfermedades cardiovasculares?
Claramente, existe mucha confusión y evidencia contradictoria sobre el tema de las grasas saturadas, incluso entre los profesionales del cuidado de la salud. Pero, le diré algo que los funcionarios de salud pública y los medios de comunicación no le dirán: La realidad es que no todas las grasas saturadas son creadas iguales. La palabra clave aquí es “creadas”, ya que algunas grasas saturadas son de origen natural, mientras que otras grasas son manipuladas artificialmente a un estado saturado a través de un proceso hecho por la mano del hombre llamado hidrogenación.
El proceso de hidrogenación manipula el aceite vegetal y de semillas mediante la adición de átomos de hidrógeno mientras se calienta el aceite, produciendo un aceite espeso y rancio que realmente solo beneficia la duración (vida útil) de los alimentos procesados y las ganancias corporativas.
Las comunidades medicas y científicas se han unido en la opinión de que los aceites vegetales hidrogenados deberían ser evitados.
Estas grasas no saturadas, son artificialmente manipuladas en grasas saturadas, también conocidas como grasas trans, y sin duda ha escuchado hablar de ellas últimamente. Algunas ciudades y estados han prohibido su uso. Ya no existe controversia alguna sobre los peligros para la salud de estas grasas artificialmente saturadas. Y, ¿qué cree? Estas son las mismas grasas trans dañadas que han sido promocionadas como “saludables” y “amigables con el corazón” en los últimos 60 años por el interés de las semillas y vegetales.
Pero la verdad finalmente salió a la luz. Las grasas trans fueron reprimidas, desacreditadas y reveladas como el enemigo de la buena salud que siempre han sido, sin importar lo que los cómplices de los aceites vegetales y de semillas le hayan dicho al público estadounidense en el último medio siglo.
Por desgracia, esta difamación de grasas saturadas hidrogenadas ha creado mucha confusión referente a las grasas saturadas de origen natural, incluyendo el aceite de coco. Si un tipo de grasa saturada es mala para usted, la discusión sigue, entonces todas las grasas saturadas deben ser malas. ¿Verdad? ¡Nada puede estar más lejos de la realidad!
La Verdad Acerca del Aceite de Coco
La verdad acerca del aceite de coco es obvia para cualquier persona que haya estudiado la salud de las personas que viven en culturas tropicales tradicionales, donde el coco ha sido un elemento básico en la alimentación nutritiva durante muchos años.
En los años 30, un dentista llamado Dr. Weston Price viajó por todo el Pacifico Sur, examinando las dietas tradicionales y su efecto sobre la salud dental y general. Descubrió que esas dietas ricas en productos de coco eran sanas y buenas, a pesar de la alta concentración de grasa en su alimentación, y las enfermedades cardíacas eran prácticamente inexistentes.
Del mismo modo, en 1981, investigadores estudiaron poblaciones de dos atolones de Polinesia. El coco fue la principal fuente de energía calórica en ambos grupos. Los resultados publicados en el Amercian Journal Of Clinical Nutrition, [2] demostraron que las dos poblaciones presentaron una salud cardiovascular positiva.
De hecho, ¡no existe evidencia de que la ingesta de grasas saturadas de origen natural tenga cualquier tipo de efecto dañino en estas poblaciones!
Eso no es lo que usted esperaba, ¿verdad? Basado en 60 años de política pública negativa hacia las grasas saturadas de origen natural, usted pensaría que estas culturas deberían tener las arterias tapadas, obesidad o enfermedades del corazón. Puede resultar sorprendente darse cuenta de que las grasas saturadas de origen natural del Aceite de Coco de hecho tienen en realidad sorprendentes beneficios para la salud, como:
Promueve la salud del corazón
Promueve la pérdida de peso, cuando es necesario
Ayuda a tener un sistema inmunológico saludable
Ayuda a tener un metabolismo saludable
Proporciona una fuente de energía inmediata
Mantiene su piel con apariencia saludable y juvenil
Apoya al buen funcionamiento de la glándula tiroides
Pero, ¿Cómo es todo esto posible? ¿Tiene el aceite de coco algunos ingredientes secretos que no son encontrados en otras grasas saturadas?
La respuesta es un rotundo “si”.
El Ingrediente Secreto del Aceite de Coco
El 50% del contenido de grasa en el aceite de coco es una grasa difícil de encontrar llamada ácido láurico.
Si usted es un lector frecuente de mi boletín de noticias, entonces sabe que yo lo considero como un ingrediente “milagroso” debido a sus propiedades únicas que promueven la salud. Su organismo convierte el ácido láurico en monolaurina, la cual tiene propiedades anti-bacteriales y anti-protozoos. [9] La monolaurina es un monoglicerido que puede realmente destruir los virus recubiertos de lípidos, como:
VIH, herpes
Sarampión
Virus de la gripe
Diversas bacterias patógenas
Protozoos como la guardia lamblia
El ácido láurico es un poderoso antivírico y destructor de bacterias gram-negativas, y el aceite de coco es el que contiene más ácido láurico que cualquier otro producto en la tierra. El ácido cáprico, otro acido graso de coco presente en cantidades más pequeñas, también ha sido agregado a lista de componentes antimicrobianos del coco. Esta es una de las razones claves por la que debería considerar consumir el aceite de coco, ya que no existen muchas fuentes de monolaurina en nuestra alimentación. Sin embargo, esos no son todos los beneficios saludables del aceite de coco.
Los Beneficios de los Ácidos Grasos de Cadena Media
El aceite de coco tiene aproximadamente 2/3 de ácidos grasos de cadena mediana (AGCM, o MCFA en inglés), también llamados triglicéridos de cadena media o MCT. Estos tipos de ácidos grasos producen toda una serie de beneficios para la salud. El aceite de coco es la fuente natural más rica de estos saludables AGCM.
Por el contrario, los aceites vegetales o de semillas más comunes se componen de ácidos grasos de cadena larga (AGCL) también conocidos como triglicéridos de cadena larga o LCT. Permítame decirle por que estos ácidos grasos de cadena larga no son tan saludables para usted como los AGCM que se encuentran en el aceite de coco [10].
Los AGCL son difíciles de romper por su organismo – requieren enzimas especiales para su digestión.
Los AGCL ponen más presión sobre el páncreas, hígado y su sistema digestivo.
Los AGCL son en su mayoría, almacenados en su organismo como grasa.
Los AGCL pueden almacenarse en sus arterias en forma de lípidos como el colesterol.
A diferencia de los AGLC, los AGCM encontrados en el aceite de coco tienen muchos beneficios saludables, incluyendo las cualidades benéficas siguientes:
Los AGCM son más pequeños. Penetran las membranas celulares fácilmente y no requieren enzimas especiales para ser utilizadas con eficacia por su organismo.
Los AGCM son fáciles de digerir, ponen menos presión en su sistema digestivo.
Los AGCM son enviados directamente al hígado, donde rápidamente se convierten en energía en lugar de almacenarse como grasa.
AGCM pueden en realidad estimular el metabolismo de su cuerpo, haciéndolo bajar de peso.
El Aceite de Coco le Ayuda a Combatir la Diabetes
Su organismo envía los ácidos grasos de cadena media a su hígado para ser utilizados como energía. Esto hace al Aceite de Coco una fuente poderosa de energía instantánea para su cuerpo, una función normalmente hecha por los carbohidratos simples. Sin embargo, aunque el aceite de coco y los carbohidratos simples comparten la habilidad de entregar la energía rápidamente a su organismo, se diferencian en un aspecto crucial.
El aceite de coco no produce picos de insulina en su torrente sanguíneo. Si, usted leyó bien, el aceite de coco funciona en su organismo como un carbohidrato, sin ninguno de los efectos debilitantes relacionados con la insulina asociados con el consumo de carbohidratos a largo plazo.
Los diabéticos y aquellas personas pre-diabéticas (una epidemia de salud en los Estados Unidos) deberían darse cuenta inmediatamente de los beneficios de una fuente de energía inmediata que no producen los picos de insulina en su organismo. De hecho, el aceite de coco agregado en la alimentación de los diabéticos y pre-diabéticos ha mostrado ayudar a estabilizar el aumento de peso, lo cual puede disminuir dramáticamente la probabilidad de contraer diabetes tipo 2.
Aceite de Coco, El Amigo de los Atletas y Las Personas Que Hacen Dieta
Si usted vive en los Estados Unidos, tiene casi un 70% de probabilidad de tener sobrepeso. Y, estoy seguro de que es consciente de que la obesidad afecta su calidad de vida y está vinculada con muchos problemas de salud. Uno de los mejores beneficios del aceite de coco está en su habilidad de ayudar a estimular su metabolismo. En la década de los 40, los agricultores descubrieron este efecto por accidente al intentar usar el aceite de coco de bajo costo para engordar su ganado. ¡No funcionó!
En cambio, el aceite de coco hizo que los animales no tuvieran grasa, los hizo activos y con hambre. Sin embargo, muchos estudios de investigación en animales y humanos han demostrado que la substitución de AGCL por AGCM trae como resultado la disminución de peso y pedida de grasa. De hecho, la habilidad de los AGCM de ser digeridos rápidamente, para ayudar a estimular el metabolismo y convertirlo en energía ha entrado en el tema deportivo. Varios estudios han demostrado que los AGCM pueden mejorar el rendimiento físico o deportivo.
Además, una investigación ha demostrado que, debido a su efecto metabólico, el aceite de coco aumenta la actividad de la tiroides. Y usted probablemente ha escuchado que una tiroides lenta es una de las razones por la cual algunas personas son incapaces de bajar de peso, sin importar lo que hagan. Además de la pérdida de peso, existen otras ventajas para mejorar el ritmo de su metabolismo. Su proceso de curación se acelera. Aumenta la regeneración celular para sustituir las células viejas, y las funciones de su sistema inmunológico en general.
El Aceite de Coco en su Piel
Además de la creciente evidencia medica y científica de los poderosos beneficios que el aceite de coco tiene al ser consumido, también ha sido usado por décadas por masajistas profesionales para relajar los músculos estresados. Sin embargo, usted no tiene que ser un masajista profesional para obtener los beneficios que el aceite de coco le da a su piel y a sus tejidos. Solo utilice el aceite de coco de la misma manera que cualquier otra loción. El aceite de coco es ideal para el cuidado de la piel. Ayuda a proteger su piel contra los efectos de los radicales libres, y ayuda a mejorar la apariencia de su piel con sus beneficios anti-edad.
De hecho, el fisiólogo y bioquímico Ray Peat, Ph. D consideró al aceite de coco como un antioxidante [13], debido a su estabilidad y resistencia a la oxidación y a la formación de los radicales libres. Además, él cree que reduce la necesidad de protección antioxidante de la vitamina E. Al igual que el Dr. Peat, muchos expertos creen que el aceite de coco podría ayudar a restaurar la juventud su piel. Cuando el aceite de coco es absorbido en su piel y en sus tejidos conectivos, ayuda a reducir la apariencia de las líneas finas y arrugas, ayudándolo a mantener sus tejidos conectivos fuertes y flexibles, además ayudan a exfoliar la capa externa de células muertas de la piel, haciendo su piel más suave.
El Aceite de Coco y su Corazón
Las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte en los Estados Unidos. Y las enfermedades del corazón son a menudo un asesino silencioso. El primer signo de la enfermedad cardiovascular es comúnmente un ataque al corazón, y por desgracia, más de un tercio de los ataques cardiacos son mortales.
Y a pesar de la propaganda, la verdad es esta: son las grasas INSATURADAS las que están vinculadas primordialmente con las enfermedades cardiacas, no las grasas saturadas de origen natural, como lo han llevado a creer. [14] Además, las grasas poliinsaturadas en los aceites vegetales y de semillas fomentan la formación de coágulos de sangre mediante el aumento de la viscosidad de las plaquetas. El aceite de coco ayuda a mejorar la función de las plaquetas.
El Aceite de Coco en la Cocina
Yo solo utilizo dos tipos de aceite en la preparación de mis alimentos. El primero es el aceite extra virgen de oliva, ya que es una grasa mono insaturada que le da un mejor sabor a las ensaladas. Sin embargo, no debe ser usado para cocinar. Debido a su estructura química, el calor lo hace susceptible al daño oxidativo.Y las grasas poliinsaturadas, que incluyen los aceites vegetales comunes como el aceite de maíz, soja, cártamo, girasol y canola, son definitivamente los peores aceites para la preparación de los alimentos. Estos aceites ricos en omega-6 son muy susceptibles al daño por el calor debido a sus dobles enlaces. Le recomiendo firmemente eliminar esos aceites vegetales con omega-6 de su cocina.
¿Por qué?
Razón #1: La mayoría de la gente cree que las grasas trans son creadas al freír. Ese no es el mayor problema, en mi opinión. Aunque se crean algunos, son relativamente menores. Existen MUCHOS productos químicos MAS tóxicos producidos al freír los aceites de omega-6 que los aceites trans.
El freír destruye los antioxidantes en el aceite y como resultado oxida el aceite. Esto causa reticulación, ciclización, cambios de doble enlace, fragmentación y polimerización de los aceites que causan mucho mas daño que las grasas trans.
Razón #2: La mayoría de los aceites vegetales son GMO (genéticamente modificados o transgénicos). Esto incluye el 90% de los aceites de soja, maíz, y canola.
Razón #3: El aceite vegetal contribuye a la sobreabundancia de grasas omega6 dañadas en su alimentación, lo que crea un desequilibrio en la proporción de ácidos grasos de omega-6 a omega-3. Como usted ya lo sabe debido a mis extensos artículos referentes a este tema, considero que el consumo excesivo de grasas de omega-6 dañadas contribuye a muchos problemas de salud. Todos son altamente procesados y consumidos en cantidades de aproximadamente 100 veces más altas que nuestros antepasados de hace un siglo. Esto les lleva a distorsionar la sensible relación de omega-6/omega-3, la cual controla muchas vías bioquímicas delicadas que resultan en la aceleración de muchas enfermedades degenerativas crónicas.
Solo hay un aceite que es lo suficientemente estable como para resistir el daño producido por el calor ligero, mientras que también ayuda a mejorar la salud del corazón e incluso ayuda a la pérdida de peso y al funcionamiento de la tiroides — es el Aceite de Coco.
Así que, cada vez que necesite un aceite para cocinar, utilice el aceite de coco en lugar de la mantequilla, aceite de oliva, aceite vegetal, margarina o cualquier otro tipo de aceite. A pesar de que no recomiendo los alimentos fritos, si desea freírlos, por lo que más quiera, utilice el Aceite de Coco – esa es su mejor opción.
La Seguridad del Aceite de Coco
Las grasas de cadena media presentes en el Aceites de Coco se consideran tan nutritivas que se utilizan en la leche/fórmula para bebes, en hospitales para alimentar a los pacientes con enfermedades criticas, en la alimentación a través de sonda y para personas con problemas digestivos. El aceite de coco ha sido incluso utilizado con éxito por los médicos en el tratamiento de la intoxicación por aluminio. [15]
El Aceite de Coco es excepcionalmente útil para las mujeres embarazadas, madres lactantes, ancianos y quienes se preocupan por la salud digestiva, atletas y aquellas personas que solo quieren mejorar su salud en general.
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